Que levante la mano a los que les gustan más las cosas dulces que les saladas. A mi me gustan tanto las cosas dulces que podría comer eso todo el día sin parar pero por supuesto que tengo mis límites. Ahora, si se trata de levantar la mano porque el pan dulce es mi debilidad y a la vez uno de mis más grandes placeres, pues triste y orgullosamente estaría levantando la mano no solo una si no tres o cinco veces; el pan dulce es una de mis más fuertes debilidades porque sé que no es bueno comerlo en grandes cantidades pero hay veces en las que los límites desaparecen y me es imposible abstenerme ante tal delicia de la bollería mexicana.
En México tenemos varios tipos de dulces; agridulces, picosos, (si, dije dulces picosos, nos gustan los dulces con picante) ácidos y por supuesto, dulces como en todos lados pero, cuando estás fuera de tu país de origen, el poder encontrar productos originarios de tu país es un lujo porque no es fácil encontrarlos y si los encuentras son caros, lo cual es entendible por los costos de importación y la escacés.
Uno de mis dulces favoritos de México son los mazapanes de la Rosa y cuando vienen a visitarme mis familiares y amigos lo único que les encargo de México son cajas de Mazapanes pero eventualmente se me terminan porque son mis favoritos como no tienen idea.
Uno de los días que ya no tenía más mazapanes, había planeado un fin de semana en París con mis amigas y antes de llegar, ya tenía en la mira una tienda de productos de mexicanos que tenía mazapanes. Le tienda se llama La Esquinita y está en el Segundo distrito de París. Me parece que en la tienda física tienen más productos que en la tienda en línea así que si están cerca les recomiendo pasar y me refiero a "más productos" porque llegan a tener productos frescos como chiles poblanos.
Las conchas son de los panes dulces dentro de los preferidos de cualquier mexicano, sobre todo si son horneadas en horno de barro; su sabor ahumado me recuerda al señor en bici con canasta en la cabeza que pasaba a vender pan en la colonia en la que vivía. No comprábamos pan del diario pero cuando lo hacíamos el pan no nos duraba casi nada, ya fuera para desayunar o cenar un café y una concha de vainilla.
La concha es un pan que ha logrado obtener bastante fama internacional gracias a todos las personas que han inmigrado a países como E.U., Francia o Dinamarca y deciden tomar el camino de la cocina. Lo más valioso es que optan por no perder sus raíces, al contrario, comparten tradiciones culinarias adaptándolas a la cocina local o como el caso de las conchas, las dejas íntegras y sin modificaciones para que las gente pueda vivir una experiencia mexicana a través de alimentos como este.
En la ciudad en donde vivo me gustaría ir a la panadería o al supermercado a comprar conchas como los franceses van a comprar croissants pero mi triste realidad es otra, o tal vez no es tan triste porque mientras estaba viviendo en México aprendí a hacer conchas por lo que me puedo permitir hacerlas cada que tengo un antojo extremo.
Después de la compra casi masiva que hice de mazapanes, tenía suficiente stock de nuevo y aparte de comerlos solos me daban ganas de usarlos de nuevas formas en la cocina así que empecé a hacer diferentes recetas con mazapán de la Rosa que les voy a ir compartiendo en este blog como el helado de mazapanes, atole, agua, donas y la receta de hoy, conchas con corteza de mazapán de la Rosa. El sabor al mazapán en el crust es muy suave porque no quería que se perdiera el sabor usual de la concha así que espero les guste.
En una de las tantas ocasiones en las que me he quedado sin mazapanes, me puse a hacerlos y es muy sencillo; los ingredientes del mazapán de la Rosa son muy fáciles, solo se necesitan dos ingredientes básicos que son cacahuates con o sin sal y azúcar glass, no más. Dado que son solo dos ingredientes, el proceso de elaboración es igual de sencillo; solo se tiene que pulverizar los cacahuates con un procesador de alimentos, después se agrega el azúcar hasta formar una pasta hasta que se logre compactar con la mano, se usa un molde o cortador para hacer la masa y así de rápido puedes obtener los mazapanes.
Las conchas o cualquier otro pan que hago los dejo en el refrigerador hasta por una semana y se conservan bastante bien, solo los meto al horno un par de minutos para que estén calientes al comerlos. Si tienen antojo sobre algún sabor en especial déjenlo en los comentarios y podremos intentar hacerlos en otro post.
Perfecto