En un viaje a Moscú el invierno pasado, terminé comiendo en un restaurante vietnamita y debido al clima frío, empecé comiendo una sopa de carne de res en la cual le pusieron muchas hierbas verdes. La sopa tenía un aroma delicioso con todas esas hierbas frescas que le pusieron al instante y el sabor que le aportaban al caldo era reconfortante para el cuerpo el comer algo caliente pero con un toque de frescura gracias a todos esos ingredientes y aparte de eso, tenía picado un chile parecido al mirasol y cebolla, lo que me recordaba a un caldo de pollo como lo comemos en México.
El guacamole que decidí hacer está inspirado en la sopa vietnamita que comí. Las hierbas que pude identificar eran albahaca, menta, cilantro y perejil, y tal vez había alguna otra que se me escapó pero con esas cuatro hierbas ya es suficiente para darle un giro al guacamole, hacerlo fresco y ligero y convertirlo en el nuevo platillo estrella durante este verano y de los que están por venir.
El guacamoles es un puré de aguacate machacado con condimentos y es un básico en la casa de las familias mexicanas. La forma más tradicional para hacer que se puede encontrar en México tiene como ingredientes el aguacate, chile, sal, limón y cebolla. Después de ese guacamole, hay muchas variedades como por ejemplo solo con el aguacate machacado y bien condimentado, algunos le agregan cebolla y chile jalapeño o serrano, pueden ponerle crema, otros le ponen pico de gallo y trozos de chicharrón, algunos llevan el aguacate en trozos y tal vez algunos otros lo hacen molido con un poco de tomatillo.
El guacamole es considerado como una de las tantas salsas mexicanas con varios usos como para los tacos, como acompañante para platos fuertes o como entradas pero no es una salsa caldosa que se pueda usar en guisados que llevan un tipo de salsa líquida.
La receta del siguiente guacamole es casero pero no es el tradicional sin embargo sera uno de los mejores que pueden probar gracias a la frescura que aportan las hierbas como las hojas de cilantro y la acidez del limón.
Un buen guacamole tradicional se hace en un molcajete o cualquier mortero de piedra funciona igual y por supuesto que lleva limón. La receta anterior el limón se mezcla junto con todos los ingredientes porque la idea es comerlo inmediatamente. Si no se va a consumir minutos después, es recomendable hacer todo el proceso sin el jugo de limón; este ingrediente se queda al final porque se va a exprimir sobre el guacamole para evitar la oxidación de esta salsa y se va a mezclar con movimientos envolventes antes de consumirlo.
El guacamole dura en buenas condiciones aproximadamente dos días en el refrigerador, el único cambio que va a tener va a ser en cuanto al color, va a obtener un color verde obscuro sobre todo en la superficie que es la parte más expuesta a la oxidación y quitando esta capa el resto va a tener un color menos obscuro. La mayoría de las veces la apariencia de la comida es importante porque el apetito puede entrar por los ojos pero poniendo el cambio de color a un lado, el sabor va a seguir siendo el mismo. Si el color es totalmente un problema, la opción es emparejar la superficie del guacamole, agregar una capa delgada de agua y tirar el agua cuando se vaya a utilizar.
El guacamole a diferencia de otras salsas se puede usar como acompañante en una infinidad de platillos. Inicialmente se sirve solo con totopos como botana y desde que el aguacate ha tenido gran popularidad mundialmente ahora es muy famoso el toast con huevo, verduras o semillas. Como acompañante, se puede servir en platillos como las fajitas, carne asada o a la tampiqueña, huevos, chilaquiles y servirlo en unos nachos con queso.
En México se hacen tacos de todo así que por supuesto es posible hacer tacos del guacamole solo o agregar algunos chapulines, chicharrón o queso y en general, se puede servir en cualquier otro tipo de taco o quesadillas. Finalmente, no puede faltar el guacamole en algunas tortas, sandwiches, cemitas, hamburguesas o lo que sea entre dos rebanadas de pan de cualquier tipo.
Muy delicioso