Ye terminó el invierno pero aún ha varios días nublados, con un poco de frío y lluvia en medio de junio. De los dos veranos anteriores que me tocaron en Francia desde mayo ya hacía bastante calor y cuando llegaban las olas de calor o el periodo canicular el clima se tornaba insoportable pero con estos días lluvioso y fríos en medio de unos días con calor me han caído bastante bien. Algunos días se han sentido como si estuviéramos en octubre y con el clima así me dan ganas de comer unos tamales con chocolate caliente o con un atole de rompope o guayaba que son de mis favoritos.
En mi familia la costumbre de hacer tamales siempre había sido que cuando llegaba el momento de hacerlos, mi mamá y mi tía eran las que ponían manos a la obra desde muy temprano y yo siempre estaba a su lado para ayudarlas en deshebrar el pollo o la carne o solamente acomodaba los tamales dentro de la olla. Rara era la vez en la que se ponían a hacer tamales y si bien recuerdo una de esas veces era sin duda el día de la Candelaria; en cada ocasión que hacían tamales siempre terminaban haciendo alrededor de 150 tamales entre dulces y salados para las dos familias porque así podíamos desayunar, comer o cenar tamales cuando se nos antojara por las siguientes dos semanas. Para mi esto es algo completamente normal para las familias mexicanas pero no sé si en verdad sea así en la gran mayoría de las familias o si en verdad solo era algo en mi familia y por lo tanto para mí eso era normal.
Desde que estoy en Francia, en casa yo soy la única que come tamales y por supuesto que intento hacer muy poquitos. En mi primer intento me salieron alrededor de 20 tamales así que los congelé y ya en los siguientes intentos he logrado hacer entre 10 y 6 tamales y aún así los sigo congelando porque el antojo solo es de un día y máximo llego a comerme dos durante el desayuno y los vuelvo a comer aproximadamente un mes después que el antojo regresa.
El parecer en Francia en el desayuno solo toman cosas dulces, nada que ver a las cosas saladas en México como chilaquiles, huevos fritos o un sandwich. Dado el tiempo que llevo viviendo aquí ya se me hizo una habito al igual que los franceses de desayunar solo cosas dulces y las únicas veces que he hecho tamales evidentemente son dulces como de piña y mango, guayaba y queso ricotta y los de esta receta que son de naranja con chocolate.
Para esta receta se va a necesitar mermelada de cítricos para darle una variedad en cuanto a amargura para los tamales con el kumquat y la toronja. Con esa mermelada van a poder hacer varias cosas aparte de solo usarla como mermelada; al agregarle un poco de chiles secos se vuele una salsa agridulce para pescado frito o quesadillas, con mostaza se transforme en un aderezo y por supuesto que al mezclarla con la masa para tortillas se convierte en unos exquisitos tamales.
La receta para hacer masa de maíz de los tamales dulces es muy básica, siempre va a ser la misma y los únicos variantes serán los sabores o los rellenos que uses. Al contrario de los tamales salados, a esta solo vas a tener que agregarle el azúcar o los elementos dulces como las mermeladas, conservas o frutas frescas como por ejemplo jugo de naranja. Al seguir la siguiente receta te van a quedar unos tamales de naranja esponjosos y húmedos y con una variedad de texturas que no encuentras de habitud en los tamales.
El chocolate con naranja es una asociación de sabores que encuentras en casi todos lados dentro de la patisserie francesa; es una combinación que nunca antes había probado en México y al probarla aquí, la encontré muy agradable al paladar. Estos sabores juntos, la naranja y el chocolate, los he probado en barras de chocolate, en pan francés, en panqués, tartas, galletas y otros postres y sin duda seguiría probando más cosas con esta asociación de sabores que son un poco inusuales para mi pero sin duda de las funcionan a la perfección.
En estos tamales de cítricos estamos haciendo uso de una mermelada y como en general las mermeladas son bastante dulces no se requiere adicionar tanta azúcar para la pasta de estas delicias. La receta que se encuentra a continuación de la mermelada de cuatro cítricos, tiene un sabor ligero a miel pero con un poco de amargura que le aporta el kumquat y es por eso que a la masa de los tamales se le agregó un poco de azúcar y aún así los tamales no quedan tan dulces. Los tamales tiene un balance casi perfecto entre su dulzor y con el relleno del chocolate amargo porque en cada bocado se tiene los dos sabores más una consistencia crujiente que se obtiene con las almendras fileteadas.
Si no se cuenta con las herramientas necesarias para cocina al vapor y a fuego suave, es posible calentarlos en el horno a 150° y acomódalos parados sin importar el tamaño deseado. Dentro del el horno se tiene que agregar un refractario de agua para que se cree un ambiente de vapor dentro del horno.
Tres bonne recette!